viernes, 28 de febrero de 2014

La miras y con su niñez se te cae la baba.

No es normal, no es normal que en tan poco tiempo la conozca tanto, se lo que le gusta y lo que no, lo que le hace reír y enfadarse, lo que le da miedo y lo que le da fuerzas, lo que la hace grande y lo que le hace vulnerable... - pensó el-  y no es normal porque cada vez que la miro por culpa de su niñez se me cae la baba, que cuando sonríe me da motivos para seguir y que cuando llora me siento un imbécil al no poder hacer nada, que con su locura el corazón se me acelera y con su físico me derrito. Pero es demasiado pronto para arriesgarse sabiendo que terminara mal.
Ni quiero ni puedo. 



No es normal, no es normal que en tan poco tiempo que lo conozco ya le eche de menos, que sino lo veo el mundo se me viene encima, que si me habla mi corazón enloquece, que el tiempo a su lado parecen segundos y que sus manos junto a las mías son el mejor puzzle que se puede formar -pensó ella- pero como atreverme otra vez a pasar noches en vela o sentir celos, o atreverme a arriesgar sabiendo que terminara mal.
Ni quiero ni puedo. 

domingo, 23 de febrero de 2014

Un día aprendí.

Lo que daría a veces por tener unos cascos y ponerme la música que me gusta para olvidarme de lo que me rodea. Pero no, hay momentos en los que por ejemplo vas en un transporte público como un autobús en el cual ponen la radio y te toca escuchar lo que suena por los altavoces. Y lo peor de todo es que pueden sonar esas canciones que te hacen pensar en cosas tristes, en cosas que no quieres o incluso en las que intentas evitar, pero se nos olvida que el mundo pone todo en su lugar y no deja que puedas escapar de aquello que huyes.
Por eso mismo un día aprendí que la vida no es de color rosa. Que hay princesas que rompen las coronas y dragones que no van a protegerte. Aprendí una vez que sí quieres triunfar en esta vida hay que medir bien los pasos, como en el ajedrez, si sabes calcular bien el jaquemate esta asegurado. En cuanto al amor aprendí que es mejor reír que llorar. También se aprende que no siempre es una de cal y otra de arena.
Pero todas estas cosas las aprendí tarde, aun que se que algún día llegaré a tener un dragón que eche fuego que nunca me traicione, y seré tan astuta como los genios que viven en lámparas, y también se que llegará el día en el que este tan enamorada y feliz que olvidaré a que saben las penas y que se siente al derramar lágrimas, además que da igual cuantas me den de cal y arena porque la vida va a pasar igual.
"Que aguantes las de arena y te jodan las de cal".