Las flechas del desamor.

Y cuantas veces habremos oído decir que el amor es aquella ecuación difícil de resolver, aunque para personas como nosotras el amor es simplemente una canción en común, con un lugar perfecto y en un momento idóneo. Pero en realidad lo que nosotros no sabemos es que el amor es una pérdida de tiempo en la adolescencia, es hacerse daño a lo tonto y llorar sin sentido, creemos perder la cabeza por alguien pero en realidad hemos perdido el norte.
Nosotras ilusas buscamos a nuestro apuesto príncipe azul, y ellos el mando de la televisión para ver el próximo partido de la liga. Mi intención no es desilusionar, pero la realidad debemos verla como es. Si piensas quedarte a esperar al chico de tus sueños que nunca te hará daño ya puedes coger aire y respirar tranquilamente porque chica va a tardar bastante, ¿EJEM HOLA? Somos adolescentes con las neuronas revolucionadas, no seamos tan estúpidos en creer en cuentos de princesas en torres encerradas.
Así que cupido, como vueles por mi lado te corto las alas.

No dejaré que me apuntes con tu arco y me dispares contra una persona errónea, que me enamores de un capullo o que me rompas el corazón cada vez que consigo ponerlo en marcha. Esta vez no te dejaré, porque esta vez yo soy la que pone las flechas.

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Y entonces llega esa persona que te hace perder la cabeza y olvidarte de todo lo demás.

Cuando te sientes perdida en la vida buscas a esa persona que te haga encontrarte otra vez, aunque a veces no nos damos cuenta de que buscamos en el sitio equivocado. Y de repente aparece esa persona con la que vuelves a soñar como una niña y a sonreír como una idiota, porque descubrimos sensaciones que creíamos que habíamos perdido pero en realidad solo se habían escondido, porque hay personas por las que merece volver a levantarse aunque luego se vuelva a caer. Porque aún me sigo preguntando como algunas personas son capaces de derribarnos todos los esquemas y hacernos entender que no se necesitan. Me encanta esa sensación de volver a ser yo, a ser libre, a ser lo que un día perdí por el camino.

Y todo esto nos llega a pasar con personas que nosotros a lo mejor no sabíamos ni que existían. 

Porque me gusta poder decir que podría volver a morir por alguien y a tragarme mi orgullo siempre que sea necesario, se que puede sonar cursi pero "Si tu saltas, yo salto, si a ti te disparan yo sangro y si tu te quemas yo ardo."
También te das cuenta de que no quieres que se vaya esa persona por la cual estas apostando un poquito de ti, y porque aunque sea solo un poquito si pierdes podrías perderlo todo. Asi que hazme un favor nunca me hagas pedirte que te quedes un poquito más en mi vida, nunca te vayas de mi lado, no me hagas daño.

Lo mejor de todo es que la persona por la cual has roto los esquemas te hace hacer cosas que antes no te habrías atrevido a hacer, y cuando te paras a pensar sabes que vale la pena intentarlo, que hay una posibilidad de que salga bien y quieres agarrarte a ella y no soltarla para no quedarte nunca con la duda de que es lo que podría haber sido.

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"Todavía no ha empezado y ya se que terminara mal"

Se que puedo admitir que estoy llena de decepciones y de tristezas, siempre he aprendido por el mal camino, por eso siempre ando sufriendo y con miedo al fracaso, con el tiempo he aprendido a no hacerme ilusiones ya que luego mueren en decepciones y quedan rotas para siempre.
Cuando todo me va bien tengo miedo porque se que antes o temprano habrá algo que lo fastidie, la verdad es que suelo ser optimista y mucho sinceramente pero cuando te pones delante de la realidad no tienes nada que hacer, ella siempre gana y tu por supuesto pierdes. Nacemos con errores y de ellos aprendemos.
Cuando grandes oportunidades se presentan frente a mí me atrevo a pensar: "todavía no ha empezado y ya se que terminará mal", tengo esperanza aun que a veces la muy cobarde se termine escondiendo, además he de admitir que también suelo aparentar tener las ideas claras pero por dentro soy el peor de los laberintos que haya podido imaginarse. Ahora es el turno del tiempo me toca sentarme, esperar, cruzar los dedos y rezar bien alto.

Cuando te sientas decepcionada piensa que tu tampoco eres perfecta y que a más de uno también habrás defraudado.

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