martes, 20 de mayo de 2014

La tentación.

Déjame pensar que eres como una noche fría de verano, como esa dulce brisa que pasa en un momento asfixiante. Déjame pensar que eres como mi droga, como esa última calada para un drogadicto. Déjame imaginar que eres como mi primer helado de verano, como ese buen sabor de boca. Déjame imaginar que eres como ese tramo difícil de pasar, como el último sprint para un atleta. Déjame decirte que eres como mi juego preferido, como un ludópata con su última ficha. Déjame decirte que eres como mi escena favorita, como el mejor actor de película. Eres mi tentación como para un borracho una botella de alcohol, como el último trago de ella. Eres mi tentación como esas ganas de pasarse todo el día sin hacer nada, como para un koala dormir sus 20h.
Que no hay nadie como tu, eres mi tentación a romper lo monótono y salirme de los esquemas. Eres mi gran tentación, por lo cual también mi mayor pecado. Y he llegado a la conclusión que la mejor forma de librarse de una tentación es caer en ella.

lunes, 19 de mayo de 2014

Dos palabras: te quiero.

La vida es ese camino complicado que a veces tiene tantas piedras que te puedes quedar cojo y por eso buscas a la persona idónea en la que apoyarte y así te ayude a caminar. Pero durante el camino sabes que entre broma y broma uno de los dos se enamora. Pero por suerte me enamoré siendo correspondida.

Que el amor más reñido es el más querido, que puedes pelear miles de veces que mil y una te voy a decir te quiero, no estamos aquí para que esto sea perfecto estamos aquí porque sabemos que nos necesitamos porque aunque juntos nos matamos, separados morimos. ¿Y que decirte si encontre a mi Romeo? Que gracias a ti ahora creo en los cuentos de amor que antes detestaba sin razón, que por fin cupido me escuchó y con una flecha me ayudó.
Te quiero, te quiero y te quiero y lo gritaré a los cuatro vientos si es necesario para que sepan que eres mio.
Porque aunque quiera se que en todo este tiempo que ha pasado no podré olvidar que has formado parte de mí y de mi vida, que te he regalado lo más preciado que tenía y no voy a poder volver a recuperar, mi tiempo, ¿y sabes por que? porque elegí vivir a tu lado.
Ahora sé que da igual los caminos que tomemos porque todo me recuerda a ti, porque mi todo ahora mismo, en este momento, mi vida eres tú, que agradezco haberme tropezado con miles de piedras porque gracias a ellas he llegado a la más cabezota que eres tu idiota. Hablamos de meses repletos de emociones cuando para mi han pasado como si fueran segundos.
Este amor me ha dejado cicatriz, es como un tatuaje plasmado en mi piel, como si al acariciarla le hubieras puesto una etiqueta con tu nombre.
Nunca me había sentido así, me haces feliz, haces que todo lo malo de mi alrededor pase a no importante, eres como mi droga, mi dosis, mi mono,... sé que puedo admitir que me he vuelto adicta al amor.
Te resumo esto en dos palabras: te quiero.

domingo, 4 de mayo de 2014

Nunca digas nunca.

Los cambios a veces pueden ser transcendentales y nos desbordan eso a lo que llaman vida, y recuperarse de uno de ellos puede llegar a ser muy complicado. 
Cuando perdemos a alguien solo pensamos en lo mucho que le hemos querido y que podríamos hacer para recuperar a esa persona, para que volviera a nuestro lado y así poder volver disfrutar de ella como si nunca se hubiera ido. Cuando tenemos que tomar una decisión en la cual hay que escoger entre dos caminos diferentes siempre queremos saber el final para nunca equivocarnos, aunque siempre he pensado que en la adolescencia y juventud es la edad perfecta para cometer errores una y otra vez para después aprender de ellos. Y cuando tenemos sueños es mejor perseguirlos y comportarnos como niños para que cuando sea viejecita pueda pensar: "hice lo correcto y nunca me quede con las ganas de saber si lo conseguiría o no".
Porque cuando te tengas que poner frente a lo que se te viene encima es mejor pensar: "Nunca digas nunca" y no abandonar, para demostrar lo que eres y en lo que te has convertido durante todo este tiempo.
Es de cobardes quedarse por el camino cuando ni si quiera se ha intentado, por eso prefiero ser valiente y equivocarme en esta vida, que si solo voy a tener una voy a aprovecharla hasta el último aliento.
La locura es una buena forma de vivir con alegría.